lunes, 7 de mayo de 2012

7 de mayo

Como señalé la semana pasada, los días de descanso, según se acerca el final de curso, son tan necesarios como rompedores. Todavía nos quedan cuatro a cinco lunes; cruzaré los dedos.

Muchas voces, carreras, portazos... pero si hay que destacar algo es a la alumna del síndrome "no quiero" de quién hablé también hace unos días. He tratado de evitar el parte hasta el final, hasta que no me dejó más salida. Algo que tampoco la calmó después:

Empezó la clase hablando a voces por la ventana:
- "Chochi... espérame luego, ¿vale?"
Se ve que le respondieron con un verso libre desde el patio y ella lo completó..
- " ¡Tu puta madre!"
Se sienta, me mira y dice:
- "¡Ya está maestro, ya me siento!"
Falso; a los treinta segundos estaba de nuevo en pie porque tenía calor, porque la mesa estaba sucia, porque quería ir al baño... Se volvió a sentar y puso las piernas encima de la mesa. ¡Mi visión de la suela de sus deportivas era perfecta!. Le llamo la atención, le digo que se siente bien:
- "¿ Maestro, le molesta?
- "" (caigo en la trampa)
- "¡Pues tire de ésta! ¡Y si le sigue molestando, pues siga tirando!
Grandes risas

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