Tengo guardia a segunda hora y falta mi compañer@ de vigía. Pido a la Secretaría que me sustituya mientras hablo con la Directiva. Ésta tiene una llamada de teléfono y sólo me queda comentar el asunto a la Jefatura de estudios. "Cuanto más absurdo es un evento, con más precisión se te grava" (extracto de un comentario de Boadella sobre Un Perro Andaluz de Buñuel). La conversación se llevó de la siguiente forma:
Empiezo yo comentando los hechos:
- (...) A las ocho y media, cuando se estaban sentando los alumnos, bajando las sillas... el/la alumn@ X ha sacado el portátil de su mochila...
- ¿Y tú le has dejado?
- Bien: estaban sacando sus cosas de sus mochilas y ella/él sacó el portátil....
-¡Lo ves, ya empezamos mal! ¿Ha traído el portátil porque tu se lo habías pedido para hacer algún trabajo?, ¿no?, ¡pues ya empezamos mal!
- ¡ Me dejas que te cuente, o no me vas a dejar hablar??
- ¡Venga habla!
- Gracias
(Empiezo de nuevo y me vuelve a interrumpir)
- ¡Qué no hombre, qué no! ¡qué las has "cagao"! ¡qué con esta gente no se puede negociar, qué no vale! ¡qué no has impuesto tu autoridad desde el principio...!
(Ahora le corto yo)
- ¿¿Me vas a dejar de interrumpir??, ¡porque cooooño, qué difícil es hablar contigo! (ya me contagio de sus malas formas). Decidí tomar esa decisión porque creía que evitaba males mayores, pensando también en el resto de los alumnos que, a lo mejor, querían recibir un poquito de clase; algo a lo que tienen derecho, pienso yo...
(Por supuesto, me vuelve a interrumpir. De momento, la carga de la prueba ha caído sobre mí evidentemente)
- ¡Una clase, una clase..! ¡Te recuerdo que tienes cuatro monigotes en clase y parece que no eres capaz de llevarlo adelante!
(Me doy cuenta que el absurdo había comenzado. La "conversación" sigue, hasta que le cuento, a duras penas, todo lo acontecido. Él/Ella, lo zanja como casi siempre)
- ¡ Verás que pronto lo arreglo, largando a ese/a individu@! ¡Porque a tí te tengo que aguantar hasta el nueve de septiembre, pero él/ella se va enseguida p´a su casita!
Entra en la clase donde aconteció todo y tras un par de minutos de voces, sale con el famoso portátil bajo el brazo, seguid@ del/de la alumn@ que me insultó y empujó. Decide llamar a la madre para que le/la venga a buscar.
Un cuarto de hora más tarde, con la madre ya delante, le comenta que la joya de su hij@ le llamó "hij@ de puta", cuando le ordenó que se sentara en el pupitre que tenía marcado la tutora. No sé si remarcó eso como el hecho principal.
Expulsad@ hasta después del puente de noviembre
Acababa de comenzar la jornada y han sucedido otro buen puñado de cosas que merecería la pena relatar. Pero ya he tenido bastante que recordar por hoy.