jueves, 28 de junio de 2012

Epílogo

¡Esto se acaba!
Llega concluir, quizá temporalmente.

Día de REciclado: en dos días hemos llenado dos papeleras, de las grandes. Aunque paradójicamente, hemos producido documentos para llenar otras dos.
Seguimos con la paradoja: curiosamente, los alumnos con todas las asignaturas superadas en esta convocatoria sólo han recibido dos documentos -3ª evaluación y ordinaria- junto a una firma y una enhorabuena. Mientras que el número de papeles, aumentaba progresivamente, en relación a los suspensos. Alumnos con más de diez asignaturas pendientes o absentismo pertinaz se han llevado a la papelera (¡perdón, a casa!) unos tochos de cuarto de kilo de papel. Esto, unido al comentario de un seguidor a la entrada del pasado jueves, no es pedagógico, ni serio, ni educativo; ¡es vergonzante!

Día de REcuento: unos compañeros me han dado el número de partes acumulados y otros, por lógica desgana, me han pedido que los cuente yo:
En el mejor de los primeros hay 70 partes, en otro 141, en otro más 74, en uno de los terceros nos juntamos con 112 y en el curso excelente iba por 160 cuando tocó el timbre. Yo he acumulado 189 y me han faltado otros dos cursos pero creo que es suficiente botón de muestra. Contando que la jefatura de estudios se ha quedado con todos los bloques de partes de cada expulsión, que han sido numerosas, doy por hecho que se supera el millar de partes.
Hace unos días, hablando con otro docente, me comentó que en su centro, en algo más de un trimestre ¡se habían acumulado 1400 partes!. Me cuesta creerlo, pero parece ser que era la única herramienta -ficticia- que tenían los profesores y el asunto provocó un claustro extraordinario porque el adjunto a la jefatura, ya sólo se dedicaba a gestionarlos. Solución: se abrió la veda de los expulsados
Comparaciones, siempre odiosas, si encima se hace con lo peor.

Día de REconocimiento a la labor desempeñada, durante estos burocráticos días, a la Secretaría. Creo, sinceramente, que ha multiplicado su labor, ante la ausencia de aquel/la administrativ@ que se dio de baja en al primer trimestre (¡parece un siglo!). Hay una grapadora con su nombre puesto; quizá lo único que quede de él/ella.

Día de REsentimientos o REncores acumulados..... ¡ninguno en absoluto! A veces me preguntan por el fin de este diario y les doy razones varias, que podrían valer o no. Una de ellas es dar a conocer fuera, lo que acontece en un centro, dentro. Y dentro y fuera me han animado a seguir, con palabras directas del estilo "¡..lo que cuentas es la puta verdad!" o de forma indirecta, con el número de visitas, ya cercanas a dos mil. Me consta, que el equipo directivo ha sumado visitas a esa cifra y como he dicho más arriba no tengo ningún rencor hacia ellos. Como una compañera muy bien definió, es un equipo directivo que "está resabiado" y forma parte de un trípode muy difícil de desestabilizar; las otras dos patas son el centro (su ubicación) y los alumnos.
La dirección, en el claustro de "bienvenida", ya puso la venda antes de la herida, negando su "falta de culpa en que el equipo docente cambie año tras año". No estoy de acuerdo: no ayudan a que se creen programas, con gente joven, dispuesta a romper ese círculo...

¿REpetir? ¡No, gracias!

Se que ha habido, al menos, otro blog de este centro y a lo mejor hay más, en el futuro...
Ese el el problema ahora: el futuro

jueves, 21 de junio de 2012

Jueves, 21 de junio

Días de resumen, de rellenar documentos, de buscar papeles o escritos que tengan algo de "soporte" y supongan la tabla de salvación de algún alumno.
Tiene sus riesgos; pocos. Y sus sorpresas; alguna más:

Una compañera, en la sala de profesores, ha agitado en el aire, cual abanico propio de estas fechas, un conjunto de papeles heterogéneos, no por las dimensiones -todos tenían el tamaño aproximado de medio folio, con uno de los bordes rasgados- sino por los distintos colores de tinta usada en cada pieza, y la distinta procedencia de los pliegos: cuaderno de cuadrículas, de dos rayas, hojas en blanco, escritos por una o por las dos caras...
Pues bien, tras llamarnos la atención, pasó a relatarnos la conversación que mantuvo con el alumno que le facilitó el amasijo:
- "¿Sabes que la presentación también cuenta en la nota?" (le preguntó ella)
- "¿Sí, maestra...? ¡Pues démelo que se lo voy a grapar!" (le contestó él)
Esa original salida, según la compañera, le completará la nota para conseguir el aprobado

Este hecho, hoy me trajo a la memoria algo similar, pero con algo más de jeta, ocurrido hace unos días:
En mi tutoría tengo un alumno que, si no me equivoco, habrá venido a clase sólo media docena de veces en todo el curso.Todas esas ausencias han sido debidamente justificadas desde casa, y no se le ha echado en falta porque, cada vez que aparecía, se hacía notar.
La semana pasada volvió a hacer acto de presencia. Era la primera hora, y le veo dar vueltas de calentamiento alrededor de las pistas del patio en su hora de EF y pensé: ¿será un fantasma?. Para resolver tan angustiosa duda lo abordé en el cambio de hora:
- Hola, yo sé quién eres tú. ¿Sabes tú quién soy yo?
- Sí, mi maestro...
- ¡Y tu tutor! ¿Te has caído de la cama hoy para venir?
- ¡Qué cosas tiene maestro...! Naa, he venio porque hay que venir ¿no?

Ahí dejamos la conversación. Más tarde tenía clase conmigo... ¡pero no llegó!; a tercera hora la dolía algo y se marchó a casa. Se marchó a casa con algo más de peso en la mochila: el peso del ultra-portátil con su nombre, pagado por la Junta, pagado por...

lunes, 18 de junio de 2012

Lunes 18 de junio

Pocos niños.
Día tranquilo; pocas tensiones
Pero las suficientes, para que dos niñas más se "moñearan"

sábado, 16 de junio de 2012

15 de junio

Una mañana movida:
Talleres de educación ambiental y ceremonia de graduación de los alumnos de 4º. La gente encargada de elaborar y llevar a cabo la jornada, como otras veces, se merecen uno de los múltiples aplausos que se escucharon en el SUM. Incluso las situaciones imprevistas, que en nuestro centro acontecen cada minuto y medio, fueron solventadas con paciencia.

La contrapartida vino del sonido de fondo que adornó la mitad de la mañana: las voces. Procedentes, en su mayor parte, del mismo foco: la jefatura de estudios. Que conste que lo/la vi afanad@ en gran parte de las tareas. Una de las últimas fue la preparación del ágape posterior a la ceremonia, en el gimnasio, con el cuchillo en ristre, manejándolo con destreza, dividiendo porciones.... y me pregunté: "¿se le estará pasando ahora por la cabeza la posibilidad de dividir en porciones la lengua de la compañera de inglés?"
Porque claro; gran parte de las exclamaciones y onomatopeyas vertidas durante la mañana tenían su origen en la discusión con la mencionada compañera, que en la disputa por determinar dónde tenía que estar una alumna, le espetó ¡que era injust@ y abusaba de su poder como si el centro fuera su cortijo!
¡OOOOOOOOOOOH!

No sé qué le hizo más pupa: si las precisas palabras de la profe de inglés, o el espontáneo aplauso de los alumnos

viernes, 15 de junio de 2012

Jueves, 14 de junio

Ayer tenía pensado escribir una miscelánea de pequeñas cosas. Pero a fecha de hoy sólo recuerdo dos llamativas:

La primera aconteció en la guardia: normal; como las ya descritas hasta la fecha. Pero en un aula, que mantenía la puerta abierta para evitar que a los alumnos "les entre angustia", las cosas se alteraron un poco. Tras veinte minutos -laaargos- la compañera de guardia me comentó que la profesora que intentaba hacerse escuchar se estaba encontrando desbordada. Nos acercamos a echar un cable y vimos algo parecido a lo acontecido con la burbuja inmobiliaria: un grito trataba de acallar otro previo, que había sido solapado por otro chillido anterior, que corregía el segundo, que se había elevado sobre el primero.
Conclusión: la burbuja estalla y la profesora se tiene que salir del aula porque "no puedo respirar". Se queda un momento con la compañera fuera y yo me quedo dentro del aula. Los alumnos, al darse cuenta de lo que han provocado, tratan de enmendarlo dándose más voces y buscando consuelo para la víctima: ¡UN SOBRE DE IBUPROFENO QUE UNA ALUMNA TENÍA EN LA MOCHILA! (¡Como lo cuento!)

El otro evento a destacar fue con la clase Excente; o mejor, con la no-clase: sólo había visto un alumno en las primeras horas. Pero cuando me tocó, no acudió nadie. Estaba el aula como si acabaran de pasar las señoras de la limpieza. Me cercioré pese a todo, preguntando a los compañeros. Nadie.
Entré en el aula, cerré con llave por dentro, respiré hondo... ¡y me puse a dar botes, como un niño el día de reyes!

Ya sé: no debería contar estas cosas; un tipo raro

miércoles, 13 de junio de 2012

13 de junio

"¡ PELEA, PELEA !"
Por las fechas en las que estamos, esas exclamaciones encuentran parangón con un gol de la selección española, en un sitio público, que haría a todo el mundo acercarse a la pantalla del televisor.

En este caso he tenido la "suerte" de ver el acontecimiento en todo su apogeo, desde la ventana del aula: uno de los alumnos, siempre más interesado en lo que ocurre fuera que dentro, hizo la proclama pertinente. Yo estaba en la mesa del profesor y sólo tuve que girar la cabeza para ver a dos alumnas agarradas por el pelo. Se estaban "moñeando", como dicen por aquí.
De forma opuesta a la última pelea acontecida entre chicos y de la que salí escaldado, en este caso, cada una tiraba para sí; tiraba para sí de la cabellera de la otra. Y viendo las dificultades de la profesora para separarlas, me acordé de algo escuchado en la radio no hace mucho: hablaba de cuando mucha vida y conflictos se libraban en la mar y saber nadar no era un requisito esencial para poder enrolarse.  Los marineros, entre otras razones, solían llevar la melena larga, por ser la mejor parte de "agarre y tiro" en el caso de caer al agua.

Ahí están las dos, cada una tirando p'a su lado, la profesora tratando de romper la maraña, mano que se escapa y bofetón a la intermediaria
¡Estaba escrito!

viernes, 8 de junio de 2012

Viernes 8 de junio

Hago mías las palabras de los niños al cuarto de hora de comenzar un viaje:
- ¿Falta muchooo?
- ¿Cuándo llegamos?


No doy por terminado este curso.
Hoy he sufrido las consecuencias del (mal) paso que dí ayer:
Ayer teníamos examen en el curso excelente. Sólo nueve alumnos. De algunos conseguí que pusieran el nombre, antes de que el papel saliera volando por las ventanas abiertas. El resto del tiempo los entretuve con fichas para colorear, sopas de letras, completado de palabras, crucigramas de doce palabras.... ¡propio del nivel de secundaria!. Un alumno me completó el examen.
Pero claro; en la clase estaba nuestro "amigo", que no quería hacer nada, ni quería que los demás hicieran algo. Iba en atención individualiza de unos a otros y cuando ya no aguantaban más y les empezaba a entrar la angustia llegaba el momento de salir al baño en la menos caótica forma posible. Pero nuestro "amigo" no quiere ir al baño: cuando se cansó de hostigar al resto quería quedarse en la puerta (abierta) para salir y entrar cuando le viniera en gana. 
Ayer faltó una compañera y uno de los que estaban de guardia se quedó dentro de la clase de la ausente, mientras el otro hacía la "imaginaria" diurna por el pasillo. Como es de suponer y he contado en días precedentes hablando de las guardias, al cabo de media hora había tres alumnos sentados en una escalera y otros dos en la otra. Lo que permitía nuestro sujeto al estar en la puerta, era que los expulsados entraran cuando quisieran a darse una vuelta por el aula, añadiendo más follón al redil que trataba de controlar. Prometo  por lo que merezca la pena prometer, que nunca en mi vida he usado más centenares de veces la expresión "por favor" de lo que la he usado en estos meses. Nuestro "amigo" no entiende su significado: quería estar allí y punto. Y eso alegraba más al resto para hacer lo que ell@s quisieran. En ese momento no vi más recurso que agacharme un poco, hacer el "abrazo del oso" y moverlo de su ubicación, hacia dentro del aula.
- "¡Tú no eres mi padre, mierda. ¿quién te ha dao permiso p'a empujarme..!"
 Me quedé en la puerta sujetándola y al ver que no podía abrirla, lo intentó quitando los pestillos. Y al ver que tampoco conseguía lo que quería dio unas cuantas patadas a lo que tenía al alcance.... ¡y sonó el timbre!

¡Bien, he superado la prueba! (eso creía) ¡un día menos!
Pero hoy me esperaba: los viernes solía acudir una persona que le hacía una terapia, no sé de qué tipo. Se habrá acabado el ciclo o la persona no vino. La terapia fui yo.
Podría dedicar muchas líneas al desarrollo de la hora. Pero me quedo con las palabras de uno de los alumnos que se ha pasado gran parte del curso expulsado: 
- "Este es así porque no le han dao una buena hostia en casa"

Yo ya no sé nada (si alguna vez he sabido algo de educación) y tampoco me queda mucha paciencia
No me dejaba (a mi) moverme por la clase, porque no le dejé (a él) hacer lo que quería. Buscaba que lo empujara y al final lo consiguió.
Sonó el timbre y recorrí la clase con él a mi espalda:
- "Mierda, que eres un mierda, a mi no me vuelvas a tocar que no eres mi padre. Gilipollas, me cago en tus muertos. Así te mueras tu también...." No recuerdo ya con cuantos insultos por metro cuadrado me adornó. Pero cuando estaba ya cerrando la puerta me dirigí a él:
- " Dentro de muy poquito yo me iré. Y tú te quedarás en esta mierda, con tu mierda"
No creo que me entendiera y tampoco me preocupa.
Ya no quiero partes; no quiero ver a sus padres por aquí. 

Me he acercado a la tele. Están echando en la Sexta3 "Tres colores: Azul". Un respiro

miércoles, 6 de junio de 2012

Miércoles 6 de junio

Creo que a veces me olvido de prestar a las guardias la atención que se merecen.
Porque me he acostumbrado también a ellas.
Unas guardias en las que palabras de la familia, como "defensa", "custodia", "protección"... alcanzan su justo término. Ya me avisaron, allá por el mes de septiembre (¡dioses míos parece otra vida!) que las horas de guardia de este centro, eran guardias "estricto sensu": de pie, dando vueltas al pasillo elíptico, controlando movimientos sospechosos, percatando olores nocivos, dirigiendo a l@s descarriad@s de nuevo al redil.

Los niños están mejor en el centro que en casa
No quieren estar en clase; quieren que se les expulse.
El aula de expulsados hace pared - de pladur - con el laboratorio: tampoco los puedes tener allí cuando el laboratorio está ocupado, como ha ocurrido hoy
Es fácil de imaginar la "guardería" de adolescentes en que se convierten la escalera y el pasillo

Conclusión: el maestro aguanta y aguanta ... a que un día aparezca "El Tío de la Vara"

lunes, 4 de junio de 2012

4 de junio

- Jornada de reflexión III -

"Coste cero", "gratuidad", "no se puede pedir nada a los padres"
Expresiones como estas son las que se han oído en el claustro de hoy. Y ya empezamos con "el huevo y la gallina"; lo que damos y recibimos; lo que nos van a quitar y no podemos gastar...

El curso pasado un compañero joven - hablo de 29 años - pero con la cabeza, en mi opinión, bien asentada, decía que los centros educativos tienen que volver a ser sitios donde se exija, no donde se vengan a exigir.
El principio de educación pública y gratuita no lo discute nadie (al menos yo) pero ambos conceptos, lo "publico" y lo "gratuito" están distorsionados hoy en día. Seguro que todos conocemos ejemplos - sin ceñirnos exclusivamente a la docencia - que han contribuido a esa deformación. Corregir eso y educarnos "en lo público" nos forma también como personas dentro de una sociedad imperfecta
- ¡qué bien me ha quedao! -
Me duele la lengua de decir a mis alumnos que parte de la luz que dejan encendida, el grifo que dejan corriendo, la silla que queman, el libro que mal usan... ¡lo pagan sus padres!
- "Mi madre no paga ni una factura que le llega..¡va a pagar esto!
Es la mayor reflexión que he sacado en todo el curso. Algo que ven en casa y que traen al centro...¡junto con sus Blackberries!

Así nos quedamos con educación publica, gratuita y exigible, que no exigente

viernes, 1 de junio de 2012

Viernes, 1 de junio

¡Comienza el último mes!
Sólo deseo que no se haga tan largo... como aparenta que va a ser

Vinieron los padres de la criatura y entre la tutora y yo nos repartimos "las tortas". Me aconsejaron no estar solo y fue un acierto:
En un principio la compañera comenzó atacando y me pilló descolocado. Luego lo entendí: se llama "experiencia de batalla". Tenía pensado levantarme e irme en cuanto el/la angelit@ comenzara a negar cosas. De hecho me puse en pie a las primeras de cambio pero la compañera, sabiamente, siguió con su estrategia y cuando el/la pupil@ se vio acorralad@, se marchó dando un portazo.
- Hace lo mismo en casa (justificó la madre). Pero ella también traía preparado su armamento y comenzó a lanzarlo: Que es un/a niñ@ especial y aquí no sabemos tratarlo, que nunca había dado problemas antes, que mis clases no se dan como se debería, o por lo menos, como ella recuerda que se daban, que su retoño al final siempre le cuenta la verdad, contrastada, por supuesto con los amigos de la criatura, etc, etc.

Cuando la compañera tuvo que volver a su clase (desde aquí le doy las gracias a ella y al compañero de guardia) no me quedó más remedio que acudir al padre -¡sí, el padre también estaba allí y se ruborizó cuando su hij@ se largó de aquella manera!- Me habían comentado que era de carácter pusilánime, pero a lo mejor sólo es como yo: un güevazos y un flojo, como me han tildado en este centro. Quizá su falta de ánimo para tolerar la situación familiar, es similar a la mía para tolerar la situación profesional; y esa empatía momentánea me hizo dirigirme a él para cortar el monólogo de la madre:
- ¿Usted no tiene nada que añadir?
Dijo que no. Y aquí su mujer le dio la puntilla con una mirada que echaba rayos:
- ¿No tienes nada qué decir??
Y él volvió a negar.

Me levanté y dí por concluida la reunión