- ¿Falta muchooo?
- ¿Cuándo llegamos?
No doy por terminado este curso.
Hoy he sufrido las consecuencias del (mal) paso que dí ayer:
Ayer teníamos examen en el curso excelente. Sólo nueve alumnos. De algunos conseguí que pusieran el nombre, antes de que el papel saliera volando por las ventanas abiertas. El resto del tiempo los entretuve con fichas para colorear, sopas de letras, completado de palabras, crucigramas de doce palabras.... ¡propio del nivel de secundaria!. Un alumno me completó el examen.
Pero claro; en la clase estaba nuestro "amigo", que no quería hacer nada, ni quería que los demás hicieran algo. Iba en atención individualiza de unos a otros y cuando ya no aguantaban más y les empezaba a entrar la angustia llegaba el momento de salir al baño en la menos caótica forma posible. Pero nuestro "amigo" no quiere ir al baño: cuando se cansó de hostigar al resto quería quedarse en la puerta (abierta) para salir y entrar cuando le viniera en gana.
Ayer faltó una compañera y uno de los que estaban de guardia se quedó dentro de la clase de la ausente, mientras el otro hacía la "imaginaria" diurna por el pasillo. Como es de suponer y he contado en días precedentes hablando de las guardias, al cabo de media hora había tres alumnos sentados en una escalera y otros dos en la otra. Lo que permitía nuestro sujeto al estar en la puerta, era que los expulsados entraran cuando quisieran a darse una vuelta por el aula, añadiendo más follón al redil que trataba de controlar. Prometo por lo que merezca la pena prometer, que nunca en mi vida he usado más centenares de veces la expresión "por favor" de lo que la he usado en estos meses. Nuestro "amigo" no entiende su significado: quería estar allí y punto. Y eso alegraba más al resto para hacer lo que ell@s quisieran. En ese momento no vi más recurso que agacharme un poco, hacer el "abrazo del oso" y moverlo de su ubicación, hacia dentro del aula.
- "¡Tú no eres mi padre, mierda. ¿quién te ha dao permiso p'a empujarme..!"
Me quedé en la puerta sujetándola y al ver que no podía abrirla, lo intentó quitando los pestillos. Y al ver que tampoco conseguía lo que quería dio unas cuantas patadas a lo que tenía al alcance.... ¡y sonó el timbre!
¡Bien, he superado la prueba! (eso creía) ¡un día menos!
Pero hoy me esperaba: los viernes solía acudir una persona que le hacía una terapia, no sé de qué tipo. Se habrá acabado el ciclo o la persona no vino. La terapia fui yo.
Podría dedicar muchas líneas al desarrollo de la hora. Pero me quedo con las palabras de uno de los alumnos que se ha pasado gran parte del curso expulsado:
- "Este es así porque no le han dao una buena hostia en casa"
Yo ya no sé nada (si alguna vez he sabido algo de educación) y tampoco me queda mucha paciencia
No me dejaba (a mi) moverme por la clase, porque no le dejé (a él) hacer lo que quería. Buscaba que lo empujara y al final lo consiguió.
Sonó el timbre y recorrí la clase con él a mi espalda:
- "Mierda, que eres un mierda, a mi no me vuelvas a tocar que no eres mi padre. Gilipollas, me cago en tus muertos. Así te mueras tu también...." No recuerdo ya con cuantos insultos por metro cuadrado me adornó. Pero cuando estaba ya cerrando la puerta me dirigí a él:
- " Dentro de muy poquito yo me iré. Y tú te quedarás en esta mierda, con tu mierda"
No creo que me entendiera y tampoco me preocupa.
Ya no quiero partes; no quiero ver a sus padres por aquí.
Me he acercado a la tele. Están echando en la Sexta3 "Tres colores: Azul". Un respiro
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