Talleres de educación ambiental y ceremonia de graduación de los alumnos de 4º. La gente encargada de elaborar y llevar a cabo la jornada, como otras veces, se merecen uno de los múltiples aplausos que se escucharon en el SUM. Incluso las situaciones imprevistas, que en nuestro centro acontecen cada minuto y medio, fueron solventadas con paciencia.
La contrapartida vino del sonido de fondo que adornó la mitad de la mañana: las voces. Procedentes, en su mayor parte, del mismo foco: la jefatura de estudios. Que conste que lo/la vi afanad@ en gran parte de las tareas. Una de las últimas fue la preparación del ágape posterior a la ceremonia, en el gimnasio, con el cuchillo en ristre, manejándolo con destreza, dividiendo porciones.... y me pregunté: "¿se le estará pasando ahora por la cabeza la posibilidad de dividir en porciones la lengua de la compañera de inglés?"
Porque claro; gran parte de las exclamaciones y onomatopeyas vertidas durante la mañana tenían su origen en la discusión con la mencionada compañera, que en la disputa por determinar dónde tenía que estar una alumna, le espetó ¡que era injust@ y abusaba de su poder como si el centro fuera su cortijo!
¡OOOOOOOOOOOH!
No sé qué le hizo más pupa: si las precisas palabras de la profe de inglés, o el espontáneo aplauso de los alumnos
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