"Coste cero", "gratuidad", "no se puede pedir nada a los padres"
Expresiones como estas son las que se han oído en el claustro de hoy. Y ya empezamos con "el huevo y la gallina"; lo que damos y recibimos; lo que nos van a quitar y no podemos gastar...
El curso pasado un compañero joven - hablo de 29 años - pero con la cabeza, en mi opinión, bien asentada, decía que los centros educativos tienen que volver a ser sitios donde se exija, no donde se vengan a exigir.
El principio de educación pública y gratuita no lo discute nadie (al menos yo) pero ambos conceptos, lo "publico" y lo "gratuito" están distorsionados hoy en día. Seguro que todos conocemos ejemplos - sin ceñirnos exclusivamente a la docencia - que han contribuido a esa deformación. Corregir eso y educarnos "en lo público" nos forma también como personas dentro de una sociedad imperfecta
- ¡qué bien me ha quedao! -
- ¡qué bien me ha quedao! -
Me duele la lengua de decir a mis alumnos que parte de la luz que dejan encendida, el grifo que dejan corriendo, la silla que queman, el libro que mal usan... ¡lo pagan sus padres!
- "Mi madre no paga ni una factura que le llega..¡va a pagar esto!
Es la mayor reflexión que he sacado en todo el curso. Algo que ven en casa y que traen al centro...¡junto con sus Blackberries!
Así nos quedamos con educación publica, gratuita y exigible, que no exigente
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