Pienso si en verdad todo fue culpa mía por no saber, como decía la Jefatura, manejar a "cuatro monigotes", que en aquel momento eran once
Pienso si la Educación me esta mostrando una cara que no conocía hasta la fecha. Si de verdad no valgo para una profesión en la que me siento bien, muy bien y que me reconforta; con esos grupos difíciles que te retan a usar estrategias, a tener siempre un as en la manga, pero que cuando consigues despertar la curiosidad y el interés de algún alumno que sólo pensaba en abandonar... no se te olvida: Israel era "parte del mobiliario" cuando entraba en clase; incluso me pedía permiso para dormir, hasta que un día, entre sueños (supongo yo) corrigió en alto a un compañero; fue el comienzo, allá por el mes de enero. Tres meses más tarde ya había recuperado mi asignatura de 3º y en junio me ayudaba a corregir los ejercicios de los alumnos de refuerzo. Pero también está el ejemplo de Sandro y el de Noelia.... Sin embargo, en este instituto hay demasiados frentes abiertos
Quizá esto sea así y ya está: que hay que pasar por una experiencia que me va a enseñar a relativizar muchísimo ¿pero de verdad es necesario sufrirla?
Pienso, si no tengo derecho "al pataleo" ante lo que está cayendo; ante las dificultades económicas y la falta de trabajo
Por pensar tanto no he dormido. Ya no sé si este diario me hace bien o me hace mal
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